Muchas personas, afirman que tienen tantos problemas que no pueden salir adelante y lograr colocar sus vidas al nivel en el que desearían, tenerla. Es cierto que que no todos cuentan con las mismas oportunidades, el mismo nivel de autoestima, la misma preparación intelectual ni la misma base económica.
Sin embargo, es factible persuadir que se tiende a engrandecer las dificultades, a convertirlas en nuestros verdugos y a disminuir y subestimar nuestra capacidad para resolverlas y avanzar creativa, progresiva y positivamente.
¿Qué es la autoestima?
Es el aprecio, respeto y valor sobre sí mismo; es saber que uno es capaz de enfrentar los retos que la vida impone, es sentir la firmeza adecuada para vivir positivamente, es la actitud real de poseer la conciencia de cada quien es un ser único, importante, valioso y digno. La autoestima es el punto de partida y explicación fundamental del desempeño adecuado del ser humano ante las expectativas y requerimientos de la vida. Es vital para ejercer una gran influencia en todos los aspectos de la vida.
Desafortunadamente muchas personas sufren de sentimientos de inadecuación, inseguridad, dudas sobre sí mismos y sentimientos de culpa: andan por la vida, con un falso sentir de “yo no soy capaz”, estos sentimientos no son conscientemente reconocidos, sino que, permanecen dentro de nuestro inconsciente esperando el momento de aflorar y bloqueamos el éxito y la felicidad.
El famoso motivador norteamericano Zig Ziglar, en una de sus conferencias dijo: “uno es lo que es y está donde está por lo que tiene en la mente”. Dicho de otra manera nuestra forma de pensar afecta nuestro comportamiento.
La mente es como una computadora, en la cual si cambiamos la información de entrada cambiaremos el resultado. Con una mente positiva y optimista tendremos recorrida la mitad del camino y la otra mitad tendrá que recorrerse por actitudes, acciones y estrategias.
Nos esforzamos por crear, hacer crecer, moldear y por expresar de alguna manera nuestra individualidad. El trabajo ya sea de artesano, oficinista, gerente, vendedor o profesional, es un medio de dicha expresión y si este se desempeña con optimismo y agrado, tendremos la vivencia de una vida llena de sentido y realización.
El diccionario define el “éxito” como el logro de algo que se ha deseado , planificado o intentado. Todas las personas que estamos deseosas de triunfar de alguna manera y queremos aprovechar nuestro potencial y las capacidades con las que Dios nos ha dotado, para conseguir, de esta manera, el pleno desarrollo de nosotros mismos con la finalidad de llenar nuestras necesidades, logros y autorrealización.
De la manera en que nos sentimos, se ven afectados crucialmente todos los aspectos de nuestra vida; el triunfo, el fracaso, la felicidad, todo se fundamenta en la autoestima. Es necesario tener bien claro esto: “En la medida en que se respete y se ame uno mismo, se encontrará un simiento interno de confianza y estabilidad emocional”.
La baja autoestima parece ser un problema muy frecuente que afecta a niños, jóvenes y audltos, sin importar sexo ni raza. Y en muchos casos pareciera ser hereditaria; se pasa de generación en generación, de abuelos a padres y de padres a hijos. Lo que en realidad sucede es que el concepto de sí mismos que tienen los padres, actidudes, -valores y metas- influyen poderosamente en sus hijos.
Los sicólogos consideran que la causa principal es la baja autoestima, es la falta de amor incondicional de los padres, es decir, aquel tipo de amor con el cual amamos a una persona sin condiciones, amarla por lo que “es” y no por lo que “hace”. Si el pequeño cree que no merece el amor de sus padres, dará por sentado que es indigno de todo amor y lógicamente él mismo no podrá estimarse a sí mismo.
Para orientar a sus hijos hacia “el camino del éxito”, es necesario que usted como padre o madre:
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Ayude a sus hijos a desarrollar una actitud entusiasta ante la vida; transmítales que si se lo proponen pueden ser personas de éxito, que usted los ama y que se enorgullece de ser su padre o madre.
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Demúestreles que ningún ser humano es perfecto y que como tal, deben reconocer y aceptar sus limitaciones sin sentirse discriminados, devaulados o inferiores.
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Enséñeles que la vida así como nos vrinda muchos momentos de algería, también es a veces, fuente de sufrimiento y proble3mas y que en la vida es importante que desarrollen la capacidad de enfrentarlos y resolverlos.
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Acláreles que su éxito o fracaso es responsabilidad de ellos mismos, es decir, que tienen que aceptar las consecuencias de sus actos sin buscar terceros a quienes culpar.
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Motívelos a temerle a la pobreza interior, a disfrutar del éxito, así como de la vida principalmente a valorar las cosas con las que se cuentan para desarrollarse en la vida.
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Aliéntelos a vivir el “aquí” y el “ahora” porque es lo único verdadero que tenemos; claro, sin olvidar que tenemos que planificar para el mañana.
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Indíqueles que muchas veces nos enfrentaremos a situaciones de injusticia como parte de la naturaleza humana.
Si logramos educar y disciplinar a nuestros hijos con esa fuerza interior, los convertimos en seres motivados con mucho amor por sí mismo y podremos estar tranquilos que podrán enfrentar la vida y resolver sus complicaciones diarias, sintiéndose satisfechos de lograr una vida feliz.
En la medida que la autoestima de nuestros hijos sea alta, están mejor provistos para luchar contra las adversidades lde la vida, podrán resisitri las presiones antes de sucumbir o caer ante ellas. Serpan ambiciosos no tanto de riquezas ni poder económico, sino de buenos deseos, desempeños y experiencias en la vida (emocionales, creativas y espirituales).
En la medida que la autoestima de nuestros hijos sea más alta, podrán nutrirse, evitando relaciones y pensamiento destructivo, siguiendo el principio de que la prevención atrae salud, entusiasmo atrae felicidad y que positivismo atrae éxito.
Ideas para elevar nuestra autoestima:
Hay que ser indulgentes con nosostros mismos y cuando cometamos un error evitemos castigarnos, hay que aprender a ver en que nos hemos equivocado y no volvera cometer errores similares en el futuro, poniéndole atención a nuestras cualidades positivas y a los éxitos alcanzados.
Aprendamos a ser felices, nuestro estado de ánimo depende de nosostros mismos, evitemos los pensamientos negativos y busquemos en nuestro interior la aprobación propia más que la de los demás.
Debemos también proucuparnos por nuestra salud, llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio con regularidad, dormir lo suficiente, etc. Al asumir la responsabilidad de nuestra propia vida, adquirimos un total control sobre ella.
Para concluir, diremos que la autoestima es un recurso sicológico que permite que las personas se orienten hacia el bienestar y no hacia la autodescrucción, sin embargo, de manera automática y poco consciente, acosumbrada a desarrollar comportamiento que afectan y reducen de manera significativa nuestra calidad de vida.
Envidiar, criticar, maltratar, celar, quejarse, negarse a aceptar las cosas como son, evitar los cambios necesarios, trabajar compulsivamente, fumar o beber en exceso y actuar tímidamente o con apatía, entre otras conductas frecuentes, revelan desamor por uno mismo, pérdida del equilibrio de la mente y del cuerpo. Por consiguiente es urgente restablecer de manera profunda la autoestima en nosotros m, ya que es la pieza clave para todo tipo de relaciones, pero sobre todo porque es el camino al éxito en nuestras vidas.
Estimado lector, colabore con esta campaña divulgativa, sacando fotocopias y repartiéndoselas a sus amigos, familiares y vecinos.
¡Muchas gracias!
Lic. Franz Rottmann