Hemos leído que existen distintos tipos de diabetes.
Básicamente tres tipos, la diabetes tipo uno, o infantil o insulino dependiente, se supone de carácter genético y por diagnosticarse usualmente en la infancia, afecta a toda la familia desde un punto de vista médico, social y sicológico.
La diabetes tipo dos, la que usualmente se experimenta en la madurez, aunque hoy en día los casos aparecen en edades más jóvenes, pareciera ser una elección individual y una penalización por una forma de vida sedentaria.
La diabetes gestacional, o tipo tres, es la que viven algunas futuras mamás, cuándo su insulina no es suficiente para cumplir con todas las necesidades de su cuerpo y del cuerpo creciendo dentro de ellas.
En cualquier caso, la diabetes no es culpa de nadie, pero es responsabilidad de todos.
Como en muchos tipos de enfermedades crónicas, los pacientes y sus familias se enfrentan a un proceso que podríamos definir como de duelo. Es decir, nos enfrentamos a una pérdida, la pérdida de la salud.
Esto podría llevarnos a los pasos usuales de un duelo, la negación, el rechazo, la culpa, la autocomiseración, la vergüenza y en algún momento, al acomodarse a la nueva realidad y enfrentarla en forma proactiva, el manejo de su vida. Más de alguna vez, volvemos a caer en alguna de las etapas anteriores, pero si somos realistas, la respuesta será siempre el manejo de la situación.