Cuando de comer se trata, la cebolla aporta un sabor único a una gran cantidad de platillos.
A muchas personas no les gusta comerla porque el sabor no es de su agrado o por el mal aliento que le pueden generar. Pero aunque a veces nos hagan llorar un poco, las cebollas resultan ser una magnífica alternativa para mejorar la condición provocada por los resfriados, enfermedades cardiacas, osteoporosis, cáncer y diabetes.
La cebolla contiene compuestos químicos como la quercetina, que se cree tienen propiedades para bajar el colesterol, que son anticancerígenos y antioxidantes.
La quercetina, específicamente, ayuda a reducir el nivel de triglicéridos y la acumulación del colesterol "malo", por lo que protege nuestras arterias y el corazón.
Además, posee un componente que se llama sulfuro y disulfuro de propilo (DPS) que junto con otros componentes alcalinos, actúan directamente en la reducción de los niveles de azúcar en la sangre y mejorar la producción de insulina, por lo que normalmente encontrarémos a la cebolla como uno de los alimentos más recomendados para personas con diabetes. Otros dos recomendados por ladiabeteria.com son el ajo y la canela. ¿Cómo actúa la cebolla en nuestro organismo?
A pesar de haberse realizado varias investigaciones sobre este hecho, aún no se sabe exactamente la manera en la que la cebolla ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre, pero se cree que una de las formas en la que lo logra es por la combinación de varios de sus compuestos que reducen la velocidad del hígado para eliminar la insulina.
Así que, adelante, que nada te impida consumir cebolla en tus ensaladas o boquitas, cocida o cruda... ¡como tú gustes! ;)