Obesidad y diabetes tipo 2 son dos de los principales componentes del síndrome metabólico. Si por si solas constituyen un factor de riesgo coronario, unidas multiplican hasta por 4 el riesgo de padecer un episodio cardiovascular.
Diabetes y obesidad son dos patologías independientes consideradas en sí mismas dos epidemias mundiales que no respetan edad ya que, aunque son más frecuentes en la etapa adulta, también se dan en adolescentes y, cada vez más, en niños. Por otro lado, son dos dolencias que frecuentemente aparecen asociadas en la práctica clínica, lo cual multiplica los efectos adversos de cada una. Tanto es así que la obesidad reduce la esperanza de vida de la diabetes hasta en 8 años.
Según los datos de la Federación Española de Diabetes (IDF, por sus siglas en inglés), 8 de cada 10 personas con diabetes mellitus (DM) tipo 2 tienen sobrepeso en el momento del diagnóstico y por cada kilogramo de aumento de peso se incrementa el riesgo de la enfermedad diabética en un 5%. Por otra parte, la DM tipo 2 y la obesidad, junto con la hipertensión asociada al aumento de lípidos –triglicéridos y descenso del colesterol HDL, principalmente- se unen aumentando la probabilidad de padecer enfermedades cardiovasculares, primera causa de muerte en países desarrollados.